[et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»3.19.17″ background_color=»rgba(0,0,0,0.48)»][et_pb_row _builder_version=»3.19.17″][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.19.17″][et_pb_text _builder_version=»3.19.17″ text_font=»Actor||on||||||» text_text_color=»#e09900″ text_font_size=»34px» text_letter_spacing=»13px» text_orientation=»center» animation_style=»roll» link_option_url=»http://www.ribercar.com» link_option_url_new_window=»on»]RIBERCAR MOTOR[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section][et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»3.19.17″ background_color=»rgba(170,170,170,0.41)»][et_pb_row _builder_version=»3.19.17″][et_pb_column type=»1_3″ _builder_version=»3.19.17″][et_pb_image src=»http://maquinasa.com/wp-content/uploads/2019/03/DSC00195.jpg» _builder_version=»3.19.17″ border_radii=»on|22px|22px|22px|22px»][/et_pb_image][/et_pb_column][et_pb_column type=»1_3″ _builder_version=»3.19.17″][et_pb_image src=»http://maquinasa.com/wp-content/uploads/2019/03/DSC00196.jpg» _builder_version=»3.19.17″ border_radii=»on|22px|22px|22px|22px»][/et_pb_image][/et_pb_column][et_pb_column type=»1_3″ _builder_version=»3.19.17″][et_pb_image src=»http://maquinasa.com/wp-content/uploads/2019/03/DSC00199.jpg» _builder_version=»3.19.17″ border_radii=»on|22px|22px|22px|22px»][/et_pb_image][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=»3.19.17″][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.19.17″][et_pb_text _builder_version=»3.19.17″ text_font=»||||||||» text_orientation=»justified» text_font_size=»14px»]Desde la perspectiva del hoy puedo considerar que cuando ya has tenido varias experiencias extremas negativas, ves como la mente cambia en millonésimas de segundo, y se pone a trabajar, y la cabeza se pone de manera inmediata otra vez en modo supervivencia, es decir, se pone a funcionar en modo “guerra absoluta”. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=»3.19.17″][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.19.17″][et_pb_text _builder_version=»3.19.17″ text_font=»||||||||» text_orientation=»justified» text_font_size=»14px»]Sumado a mi reveladora experiencia de que mis palabras no producía el efecto que buscaba, necesitaba forzosamente alejarme de los sitios más concurridos y esperar a que mi momento llegase. Alejarme de donde era muy caro vender. Yo no podía asumir el coste de vender en Shanghái, o en Guangzhou. Tenía que aprovechar mi mayor ventaja personal, y es que yo sí estaba dispuesto a ser un soldado, a vivir de una forma extrema. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=»3.19.17″][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.19.17″][et_pb_text _builder_version=»3.19.17″ text_font=»||||||||» text_orientation=»justified» text_font_size=»14px»]Hay un dicho chino que al interiorizarlo, me ha ayudado mucho, aunque me haya costado hacerlo, que dice: “no puedes evitar que el pájaro negro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero puedes evitar que anide sobre ella”, hay otro dicho que dice: “el pez siempre se pudre por la cabeza, nunca por la cola”, que quiere decir que hay que gestionar muy, muy bien las emociones, los impactos, que hay que gestionarse muy bien a nivel psicológico, porque puedes hacer el mismo esfuerzo y el mismo trabajo, pero si el efecto final es que estás más satisfecho y más contento, o menos irritable, trabajas mejor. La diferencia es muy significativa, y esto para mí fue una gran lección, una lección muy importante que también me llevó a que años más tarde supiese gestionarme mejor como persona, fuese mejor persona y entendiese qué variables tenía que eliminar de mi trabajo y de mi visión empresarial.
Hoy puedo adelantar una variable que elimine: la búsqueda de la recompensa inmediata. Esto me generaba mucha ansiedad. Eliminé la velocidad, el querer los resultados inmediatos, y dejé que los resultados llegasen cuando tuvieran que llegar, eso sí, siempre confiando que llegarían. Trabaja como decía la Biblia buscando el Reino de Dios y su justicia, que todo lo demás se dará por añadidura. Trabaja con constancia, con perseverancia, con honradez que todo lo demás vendrá dado. Es cierto hay que trabajar y disfrutar las cosas que estás haciendo por más extremas que sean, porque siempre tendrás maneras de encontrar la satisfacción la felicidad. A mí me ha costado aprender a hacerlo, y he mejorado mucho. Me daba cuenta, que era el mismo que viajaba, con un equipo de seis personas con edades que comprendían de diecinueve a veintidós años, y veía que ellas, se lo pasaban bien en los desplazamientos mientras yo estaba cabreado, reventado psicológicamente, lleno de pensamientos negativos, algunos reales, como: “este autobús está muy sucio, que olor más fuerte, yo aquí metido con treinta y tantos años, tengo casi cuarenta años qué hago yo aquí, qué poco he aprendido de la vida, todo esto para vender veinte o treinta botellas por cliente, etc., etc.”, pero ellas estaban allí, se sentaban en el autobús y se reían y se contaban cosas y se ponían música. Se comían tres cosas en la calle, sentadas en el suelo y también se lo pasaban bien. ¡Cuánto me costó aprender, lo estúpido que era!, la cantidad de cosas que yo “necesitaba”, psicológicamente hablando, para poder sentirme satisfecho. ¡Qué error más grande y que liberación hoy!.[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]